Marta Parejo y su historia entre los libros del Archivo Central Andrés Bello

En el día del bibliotecario y la bibliotecaria queremos saludar a quienes trabajan en bibliotecas

El Archivo Central Andrés Bello de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile fue fundado bajo ese nombre en 1994, a partir de la integración de la Biblioteca Central, el Departamento de Fotografía y Microfilm, el Taller de Imprenta y Encuadernación y el Laboratorio de Conservación y Restauración de papel.

Este año cumplimos 26 años de funcionamiento, pero entre las y los trabajadores que acá desempeñan funciones, Marta Parejo destaca por su larga trayectoria entre los libros patrimoniales que nuestra institución resguarda. Ella comenzó a trabajar en la Biblioteca Central de la Universidad de Chile en 1979 y este año cumplió 41 años de funciones ligada a nuestra biblioteca. A través de ella queremos homenajear en su día a todas las bibliotecarias y bibliotecarios que trabajan en la Universidad de Chile, compartiendo una entrevista realizada por Ariadna Biotti, coordinadora del Área de Investigación Patrimonial del AB el 9 de enero recién pasado, con la que quisimos rescatar la historia de nuestro archivo desde la experiencia de Marta.

Por medio de su memoria podemos observar las transformaciones de una institución ligada a los libros de la Universidad y observar los cambios que han existido en las prácticas de custodia que se han aplicado de acuerdo con las diferentes gestiones de quienes han liderado este espacio patrimonial en el tiempo. Los impactos que significaron la computación y luego el internet en las formas en que los usuarios se relacionaron con la biblioteca, los vaivenes políticos en los que tuvo que desarrollar sus labores y cómo eso impacta en el trabajo de la biblioteca, así como visualizar a la Casa Central como escenario permanente de las protestas y la movilización social.

Junto con ella, esperamos que este espacio se proyecte a futuro, pues el patrimonio cultural que acá resguardamos es pertinente para pensarnos como Universidad y país.

¡Muchas gracias Martita, por toda una vida junto a los libros que conforman nuestro patrimonio!


Transcripción

 

Entrevista a Marta Parejo, funcionaria del Área de Información Bibliográfica y Archivística del Archivo Central Andrés Bello

 

Transcripción: Camila Belén Plaza Salgado

Entrevistadora: Ariadna Biotti, coordinadora del Área de Investigación Patrimonial

Entrevistada: Marta Parejo, Técnica bibliotecaria del Archivo Central Andrés Bello

 

E: 9 de enero de 2020

Marta: 2020

E: y estamos con Martita Parejo

Marta: y yo ingresé a algo que se llamaba biblioteca central el día 5 de julio del año 79 a las 11 de la mañana

E: Martita, en pleno invierno

Marta: ehh no po, si, pero ese día no llovía y yo tenía exactamente 20 años

E: que lindo

Marta: y resulta que yo estaba esperando porque vine a una terna, una terna se hacía en esa época en que te elegían de 3 personas según la entrevista y yo había quedado para reemplazar un joven que se llamaba Walter, que le había salido en otro lado o se retiraba y yo vine a la entrevista en Enero, entonces la niña acá que era la secretaria me dijo, a lo mejor ya es bueno que te vayas buscando en otro lado, porque no ha salido él, no le dije yo, voy a esperar, que yo había estado 3 años en la Universidad Austral y por razones familiares me tuve que venir

E: usted estudió pedagogía

Marta: Pedagogía Básica en la Austral, entonces dije ya me voy a tener que poner a trabajar no más y supe de las postulaciones y salí de las segundas elegida en la Chile y ahí vine a la terna para acá y me llamaron ese día que le cuento, era un 5 de julio a las 11 de la mañana, porque yo tengo buena memoria y era pajarito nuevo aquí porque había gente mayor, entonces todos me miraban de arriba abajo, como venía vestida, entonces yo tenía el pelo largo y rubio y me examinaban, y había una compañera que se dedicó a presentarme en todos los departamentos y yo notaba que todos me miraban de arriba abajo y entonces yo me sentí y fue el día más largo de mi vida, yo lo asocio así porque, yo no, yo solamente estaba, tenía relación con los libros por la biblioteca en la Universidad, entonces me explicaron y al otro día ya estaba buscando libros, imagínate, y ese día no estaba, no había nadie en mi casa y me traje una manzana, era mi almuerzo y yo veía la hora porque después tuve turno yo, después tuve turno de, entraba a las 10 de la mañana y salía a las 7 de la tarde, trabajaba en la Sala de Lectura y después en la Hemeroteca.

E: ¿y era aquí, en este espacio?

Marta: en este mismo espacio estaban los departamentos

E: y era la Biblioteca Central

Marta: se llamaba Biblioteca Central y estaba en ese tiempo Don Alamiro de Ávila y Martel

E: y Martel, tranquila no se preocupe

Marta: si po y estaba él aquí y él me dijo altiro como era la gente acá, era menos, el Matus que era el que trabajaba en la Sala de Lectura y me dijo cómo era la gente acá, no hables con este, no hables con éste y empezó a darme un perfil de todos

E: Don Alamiro

Marta: Don Alamiro, como yo era joven como para tenerme, para tenerme, como un resguardo de quién era quién y yo como tenía 20 años y aquí no había gente de mi edad, la mayoría eran mayores, entonces claro, como era pollito nuevo, sabes qué y al otro día como ya me habían explicado yo tenía varios compañeros que hacían lo mismo, al otro día ya estaba yo buscando los libros, ya estaba buscando libros

E: ¿y usted después estudió Tecnico Bibliotecario, Martita?

Marta: Claro, porque después pasaron los años y estudié e hice varios cursos de catalogación, también hice un pequeño curso, abajo donde está el laboratorio, conservación para resguardo de los libros que dio otra gente y después hice todos esos cursos de ingreso al catálogo, varias cosas que los tengo los certificados que me ha dado el SISIB y aquí, en esa época no habían computadores, Don Alamiro era enemigo de la computación, así que le hizo la guerra a la gente que venía para poder hacer el primer catálogo, así que de a poco fuimos, llegaron para las bibliotecarias no más, y ahí empezamos de a poco a mandarnos cursos y aprender y preguntar y de ahí la catalogación…

E: Y en ese momento no había el Área, era la Sala Patrimonial

Marta: No había como ahora, por ejemplo, la Sala de Lectura era Sala de Lectura, donde se guardan los libros Fondo General, donde se

E: ¿La Sala de Lectura era donde está?

Marta: Dónde está mismo, donde se catalogan los libros y lo que ahora es Ex Foto era Catalogación y al Fondo era Canje, que hacíamos canje con otras bibliotecas

E: ¿y el canje hasta cuánto duró?

Marta: El canje duró poco, hasta el 85, duró poco el canje y aquí era la Sala Domingo Edwards, y le decíamos el tercero

E: ¿y no había nada acá?

Marta: Sí po, lo mismo que tu ves, pero estaba la Patricia Liberona con una bibliotecaria, que era la Rudy Trubott y la Patricio Liberona y trabajaban y estaba el mismo material con otra distribución, pero como tu has visto hasta ahora no se ha modificado nada el espacio, ni los muebles, nada, sólo se han arreglado las luminarias y se ha incorporado la computación

E: ¿y en Neruda que había?

Marta: En Neruda, eeeeh Don Alamiro era enemigo de Neruda

E: ¿Sí?

Marta: Don Alamiro era… no era muy adicto a Neruda entonces no, no, hacía que nadie entrara a esa Sala, solamente cuando llegó Darío el 90 hizo una exposición masiva

E: De las Caracolas

Marta: De las Caracolas, que toda la gente reclamó que cómo estaba guardado y Don Alamiro, que venía una que otra visita y había una señora de edad haciendo un inventario de las caracolitas y a ella le decía así, pero no, de repente le pedían cosas, pero iba la Patricia a buscar, porque aquí habían verdaderos feudos, que cada uno, y uno tu no te podías meter, yo vine a conocer a los años después, los iconográficos, las pinturas, todas esas reliquias que vemos ahora, que han visto ustedes, yo las vine a conocer muchos años porque no facilitaban las cosas

E: eran así los funcionarios

Marta: no eran como te digo verdaderos feudos, esa es la palabra

E: ohh que impresionante Martita

Marta: porque después cuando llegó la profesora Sonia empezamos a mostrar con la Patricia Liberona y realmente yo hacía muy poco que había conocido los viajeros, las pinturas esas que también ha visto usted tan linda

E: si

Marta: recién las había conocido y que estaban en gavetas ahí abajo en el depósito, el Monpaissant y todos esos los vine a conocer de adulta ya, estaba todo bajo llave, aquí yo maomeno me relacionaba con la gente en Sala de Lectura y con Catalogación en cuanto a la forma laboral, pero aquí secretaría era un mundo, donde está la Rebeca, aquí el tercero era otro y la Sala Chile era otro mundo

E: ¿y que había ahí Martita?

Marta: La Sala Chile estaba Antonia Rebolledo que estaba a cargo del laboratorio en un proyecto y estaba Gladys Sanhueza que era una bibliotecaria, y ahí se atendía público y ahí prestaban cosas de la Sala Chile

E: Sólo de la Sala Chile

Marta: Claro y de repente si había algo, algún usuario que quería algo del Fondo General, que éramos nosotros, nos llamaban

E: y usted trabajaba en el Fondo General

Marta: Yo cuando llegué trabajé en la Sala de Lectura, entonces había una bibliotecaria que me vio la manera de trabajar y le dijo a Don Alamiro yo me quiero llevar a la Martita a Hemeroteca, en ese tiempo se llamaba revista, entonces dijo no, yo no la puedo sacar todo el día, si quieres te la presto, así fue y le dijo, entonces yo trabajaba de 8, porque había un horario bien pa la risa, de 8.30 a 17.15 y entonces yo trabajaba de 8.30 a ponte tú a las 2 de la tarde en Sala de Lectura y en la tarde me iba a lo que era Revista que lo entregó ahí Darío en el Fondo General, ahí en la parte encerrada, ahí, y después la Señora insistió e insistió y me fui definitivamente a ingresar Revista, por eso sé tanto de lo que es Hemeroteca, estuve 10 años ahí, después de esos 10 años yo me casé y quedé embarazada y me fui para donde, Catalogación, donde Ex Foto, para no hacer fuerzas y que se yo, ahí me fui y estuve otros 15 años debo haber estado, ahí en Catalogación, ahí aprendí a hacer lo que eran las Fichas Bibliográficas, o sea las Fichas que antiguamente se ingresaban los libros, no era por computación, entonces había una Bibliotecaria y yo era su ayudante, ingresaban los libros y ordenamos todo lo que era Desiderio Papp, yo le hacía los marbetes, hacía las Fichas, guardaba el libro..

E: Había que ponerles el código Dewey

Marta: Todo eso, si todo eso, de catalogar los libros

E: Eso es harto trabajo

Marta: Llegó esa donación del libro y lo tuvimos que arreglar y yo los tuve que arreglar e hicimos la biblioteca en donde está ahora el depósito y después Darío la ofreció a varias facultades y como nadie la recibió así que pasó al Fondo General con el Ex Libris de Don Desiderio

E: ¿Y cómo era la administración de Don Alamiro? Por ejemplo, el tenía como cerrada Neruda, no…

Marta: Don Alamiro, no se llevaba mucho con los bibliotecarios, estoy hablando de mi punto de vista y de lo que yo escuchaba de ellos, porque de repente me decía Marta, tu pon un letrero así tal como me escuchas que diga periodo universal 1980 y lo pones ahí y ahí tú vas a saber dónde está , entonces los bibliotecarios decían que no era la manera correcta de hacerlo, bueno decía él, aquí mando yo

E: y, era autoritario

Marta: claro, entonces no se metía contigo, jamás iba a una oficina, nunca iba a revisar, el delegaba, en este, pero no, pero sí llamaba a su oficina y decía yo quiero que la Ficha sea como las de Londres ponte tú, porque repetía algo, tanto por tanto, entonces cuando yo quedé embarazada me mandó embarazada, me decía ella tiene buen carácter y ahí tú te vas a llevar bien con ella, pero él nunca iba a las oficinas, nunca y de repente viajaba Europa y él dejaba a una bibliotecaria que quedaba a cargo de nosotros.

E: ¿y qué proyectos se hacían? ¿hacían investigación?

Marta: por eso como le digo, cada uno era un feudo, entonces yo me relacionaba más con lo que era el libro tangible, para decirle, está tal libro, teníamos horario para guardar libros y había una sección de qué se catalogan los libros y se hacía una selección de qué libros se iban, de qué libros se daban de baja y lo que sí participaba yo también en exposiciones, exposiciones que hacían ahí mismo donde está el, el depósito, ahí yo participé en varias exposiciones

E: ¿y recuerda alguna anécdota?

Marta: Si por supuesto, hay una anécdota muy buena si quiere yo se la cuenta

E: si

Marta: Resulta que la Paty era compañera Patricia Liberona, pero resulta que ella cuando veía a alguien muy exaltado ella se colocaba, se ponía muy nerviosa, entonces yo le decía Patricia cálmate, es que hay un caballero muy exaltado, entonces se viene, la exposición se llamaba Desde Gutenberg hasta hoy, ese era el nombre, entonces el señor me miró a los ojos y me dijo señorita, cómo puede haber una exposición tan excelente, tan acuciosa que diga hasta hoy, entonces señor le dije yo, no es que sea hasta hoy, que hoy se cierre, cálmese, la exposición se llama desde Gutenberg hasta hoy, quiere decir hasta nuestros días, ayy ya me parecía, la señorita no se hizo entender, si pero es que usted está un poco alterado pero pase y visite de nuevo porque vamos a estar dos meses más con esta exposición

E: pensaba que cerrada hoy día

Marta: claro porque se llamaba desde Gutenberg hasta hoy, que siempre nos acordábamos de la Patricia que se fue a esconder, se fue a esconder, entonces el Señor le decía el nombre, exactamente hasta nuestros días, nos seguimos riendo y bla bla les conversaba yo hasta que lograba calmar a la persona que venía, y así me pasó en muchas ocasiones que venía gente, por ejemplo yo atendí a Letelier, el escritor que era bueno pal copete, y venía curaito y fumaba y miraba la Sala de Lectura, si yo lo conocí, le escuchaba hablando improperios y yo le pasaba cualquier libro y ahí se quedaba, y de repente lo echaban así, que era mejor que se fuera, lo vi como en 3 oportunidades

E: y venía mal, pobrecito

Marta: mal, mal él

E: pobrecito, con tanta sensibilidad

Marta: es que usted sabe que la gente con más sensibilidad es más, hasta para conversar porque mucha gente que de repente la ve a uno como alguien que no va a ver más y le cuenta su vida, mucha gente de edad me contaba su vida, sus inquietudes

E: venía más gente en ese tiempo

Marta: Si venía mucha gente, si, si, venía mucha, mucha gente, además que la puerta estaba abierta entonces de repente la gente pasaba y nosotros teníamos que aclararle que no era una biblioteca escolar, que era una biblioteca un poco más elevado, porque me pedía que le diera una biografía de Cristóbal Colón entonces yo les decía señor, lamentablemente esta no es una biblioteca escolar y les explicaba de qué se trataba y todo

E: y la puerta estaba abierta

Marta: estaba abierta de par en par entonces ahí estaba un mayordomo en la entrada siempre vigilando, pero

E: había más libertad

Marta: si po, había más libertad de entrada y nos reíamos mucho porque el mayordomo hacía notar también su preferencia entonces decía qué es esto de la literatura, y yo le tomaba el pelo y usted no debe entrar porque puede, puede como se llama distraer al usuario y confundirlo y no decía, que hice yo y era muy simpático, porque claro se las daba y decía cosas que no le correspondía

E: Así que venía mucha gente a consultar ¿y cuando empezó a bajar eso?

Marta: Empezó a bajar ya cuando empezó el Internet, como muchas bibliotecas usted sabe ya que después se metían a en línea y solamente venían a buscar el libro y ahí empezó a bajar como en todas las bibliotecas empezó a bajar, pero los usuarios viejitos seguían viniendo, hasta no hace mucho, a ver el libro, querían venir, a ver el papel, el olor antiguo al libro, venían

E: ¿y habrá habido alguna persona así que le haya llamado la atención?

Marta: No, hombres no, nada, venía ahh si venía Manuel [inentendible] y venía este otro gallo que hizo el libro de Antonia Rebolledo de la Universidad de Chile

E: Ahh si emmm Rolando Mellafe

Marta: Sí Rolando Mellafe también lo conocí y venía un caballero que creo que él se fue porque era muy sencillo, que era un gran decano, pero él no hacía afán de su título y llegó como cualquier usuario, no sé, unos Anales que andaba buscando y fue super, que era un decano que, había que llenar una boleta y dejar el carnet de identidad, en una cajita metálica donde uno dejaba la solicitud entonces cuando la persona se retiraba uno le preguntaba el nombre

E: No era con la credencial universitaria

Marta: no eso era mucho después, ahí era carnet porque yo te estoy hablando en los años 80, después salió la TUI pero ya no, nada de dejar la TUI porque ni siquiera se usaba porque ya no y ahí yo me sentaba con mi cajita e incluso atajaba yo a gente que se llevaba libros y Don Alamiro me dice hazlos que suba no más y yo converso con ellos, ahí hay que tener psicología, una vez llegó un señor muy altanero, y me dice, que él ya había conversado en forma previa con Don Alamiro diciéndome que me iba a acusar y le dije igual, yo aquí no converso con ningún caballero, y me dice yo la voy a acusar a usted y le dije si quiere llamo al Director y lo hago subir y ahí como que se apaciguo porque le dije, yo no lo estoy tratando mal a usted, yo tenía que estar atenta porque había más bibliotecarios más gente, de repente llegó un caballero con un diario y antes de dejar la mochila ahí, se puso el libro acá, debajo del, aquí, y yo era joven entonces decía, usted no lleva uno, entonces dice ya me llamo Juan Pérez ya le pasé el carnet, uh le dije yo, le dije, con todo lo que estudió y se le olvidó y se está llevando mi libro que lo tengo que guardar ahora, y se puso rojo, y le dije que lata que lo puso ahí por casualidad, ahh si, si, y salió, así me pasó varias veces, y claro, que usted sabe que los grandes filólogos, bibliófilos son….

E: ¿se daba esa práctica de robar libros acá?

Marta: si po, después dejamos eso de dejar la mochila en la portería porque una vez hubo un evento que una vez llegó una persona a preguntar por alguien que trabajaba antes en la Sala Chile y se robó la caja chica y la cartera de la compañera secretaria y apareció en Bienes Nacionales, entonces ahí Darío puso más ojo, pero nunca hemos tenido cámaras ni vigilantes, nada de eso, nada de eso…

E: ¿y también hay lo que se llama robo por encargo? También como cosas que aparecen en otro lado

Marta: esa vez esa persona sólo preguntó por x persona y solamente se robó la plata, pero no robó libros, en una oportunidad, no sé cómo, no me pregunte porque no sé, un indigente se quedó durmiendo acá adentro

E: ohhh

Marta: y Darío dijo den gracias que el hombre era así, un indigente porque nos habrían dejado sin nada y se quedó dormido ahí en Ex foto y justo ocupó mi toalla, mi vasito del té, justo mi vasito y tuvimos que botar todo, y entonces Darío llamó una reunión y dijo den gracias que él no conocía a quién se le quedó, a quién se le pasó, nunca se supo, y por esa consecuencia a uno de los bibliotecarios le dio un preinfarto, porque claro estaba muy asustado de que Darío los retó de cómo se les iba a pasar pero la persona se les pasó porque preguntó tal como que preguntara por ti, pero robó la cartera y la plata, pero no era frecuente el robo de libros, no, eran casos así muy fortuitos, pero sí llegaba gente muy prepotente, yo soy el director de la academia de no se cuanto y que lo tenían que atender como regio yo tranquilamente les decía señor si tiene algún reclamo alguna sugerencia, y ya Don Alamiro me había dicho si alguien se pone así, yo converso, entonces claro, como yo ya tenía esa venía yo podía decirles con bastante educación o bastante entereza de que no era un lugar para gritar o de que yo no tenía la culpa de que el material no estaba o que no se lo podían llevar a domicilio, pasó mucha gente, cuando yo llegué eran como imagínese, 38 o más, en la pura encuadernación dónde está Cristian eran más de 10 personas, donde trabajaba yo éramos 4, después allá en Revista también éramos 4, sumando auxiliares y mayordomos era mucha gente y Don Alamiro siempre ahí donde está la profesora, y habían protestas y el echado acá, porque habían protestas , marchas, y él pasaba y no le llegaba nada, ni agua, nada, entonces yo siempre he vivido lejos, entonces un día fui y dije Don Alamiro yo me quiero ir, estoy asustada y todavía no hay micro, mírame no te puedo dar permiso porque es seguirle el juego a los comunistas, así 

E: era super anticomunista

Marta: claro y según él me había hecho su palabra porque a mi me llamaba todos los días de 2 a 4, fumaba así porque era así echado para atrás, yo me dijo, fui profesor de Pinochet ¿porque te gusta Pinochet, no cierto? Y yo me quedaba helada

E: Una vez usted me dijo que él cuidaba de que aquí los materiales no tuvieran como, de que no hubiera muchas cosas de comunismo

Marta: ahh sí, él mandaba siempre a romper, porque había una caja con revistas o panfletos de la Unión Soviética y él dijo tu tienes que ir y romperlos no más, no, entonces yo, nooo mande a otra persona, no puedo romper esto, porque todo lo que llegaba así él no, no lo recibía no más

E: y él lo rompía no más

Marta: lo rompía, pero no era algo que tan, no era como te dijera, era como una revistita pequeña de esas que llegaba a las casas

E: ¿debe haber sido de Neruda?

Marta: No, no era nada de Neruda, porque era todo de la Unión Soviética, que todavía existía, entonces llegaba eso y llegaban cosas de Cuba y a él no le interesaba tener nada acá, nada de eso

E: Y también en ese tiempo el Archivo era más cerrado, en ese aspecto

Marta: Claro

E: Pero abierto igual porque usted decía que venía mucha gente

Marta: Si, estaba aquí abierto para el público, pero nadie daba, nadie decía su opinión, acuérdate de que igual estábamos en dictadura y habían igual desmanes, pero nadie nada decía de qué partido eran ni habían peleas, antiguamente me contaban que antiguamente, para el 73 habían peleado entre ellos por eso, pero yo llegué mucho después y Don Alamiro daba por sentado de que todos eran de derecha pero nadie decía nada tampoco, no se tocaba el tema, nada político, no, acuérdese que teníamos rectores delegados y todo eso, entonces nos daban uniforme y era igual que los milicos, pero yo era, me daba lo mismo el uniforme y había una que me decía oye hoy día toca tal color, y ese que te pusiste es del lunes, hasta que un día no se uso

E: ¿y cómo era ese uniforme?

Marta: era un uniforme como te diría, como de

E: traje de 2 piezas

Marta: traje de dos piezas, dos blusas, azul y plomo

E: y a todos les daban eso

Marta: si po, a las mujeres y a los hombres les daban terno y cuando estaban los rectores te llegaba una circular que decía el lunes la falda roja con la blusa blanca, era así, no recuerdo bien

E: y la insignia

Marta: si todos los funcionarios

E: de Casa Central también

Marta: también, si porque era, decían ello, la imagen corporativa, pero hasta el día de hoy dan Uniforme

E: verdad po

Marta: si hasta el día de hoy dan uniforme

E: pero son las secretarias

Marta: si todos acá en la casa central se le daba el uniforme

E: ¿y a usted le acomodaba o la incomodaba eso?

Marta: a mi mira, por un lado, era un ahorro de ropa

E: ahorro

Marta: claro, que los sueldos nunca han sido así tan buenos, entonces uno se aliviaba así ¿qué me pongo? Era así bien doméstico, pero como yo trabajaba así en libros, en estanterías ahí en bodega, de repente llegaba aquí a ponerme el uniforme, porque no me gustaba, entonces siempre me criticaron por eso, porque ponte tú que yo llegaba de jeans y me ponía el uniforme para eventos así de, que llamaba el rector porque aquí uno tenía que usar delantal también porque yo, también limpiamos libros, entre las funciones también aprovechamos de limpiar libros, con la Patricia que ordenamos tanto aprovechamos de la manera que, antes de hacernos un curso de cómo se limpiaba, nosotros le pasábamos a la medida de nosotros, nada de humedad, pero le pasábamos un plumero, que no era la mejor forma, pero para que se limpiara, yo no era muy partidaria de andar uniformada pero para esta cosa de eventos sí, me lo ponía

E: claro ahí también

Marta: claro, porque no te llamaban la atención por eso, porque yo le explicaba también a Don Alamiro que yo me mandaban a limpiar libros y yo tengo que subir las estanterías y como yo iba a andar con ese uniforme de blusa blanca y por eso yo me traía mi ropa

E: ¿y usted se acuerda de los rectores designados

Marta: Si po, yo llegué, con el Toro Dávila, cosa que tu veas los Anales, pero así estrictamente no me acuerdo, me acuerdo de Mackenney, el que se tiró, el que hizo cerrar ahí donde está la Rebeca, de los otros no me acuerdo

E: hizo cerrar el paso a Casa Central

Marta: Claro, y ahí salieron una, ¿cómo se dice? Donde se guarda material de escritorio, y en esa época estaba él de Rector Delegado

E: ¿y porqué hizo eso de cerrar?

Marta: No sé yo, no es que yo no me acuerde, sino que no era vox populi como dijera

E: Se hacía no más

Marta: se hacía no más

E: que no me imagino la Universidad con militares adentro

Marta: no había militares adentro, lo que pasa es que había rectores delegados pero no había así que se paseaban milicos, no, estaba ahí en su oficina y no era que usaran uniforme militar, usaban un uniforme normal no más, lo que sí estuvo peludo fue cuando estuvo Federici ¿ha leído usted de Federicci?

E: Si ese fue el último rector designado

Marta: Claro Federicci lo sacaban por ahí por el Fondo con una frazada porque estaba la escoba allá afuera, porque le querían pegar y todo eso

E: lo sacaban por el Fondo General

Marta: sí porque había una puerta y de ahí por otro lado hasta el auto de él porque venían aquí a gritar y estuvo bien peludo

E: lo sacaban tapao

Marta: si estuvo bien peludo, pero la mayoría, no ve que después hubo varios rectores que no nos tomaban en cuenta, o sea a nosotros, que con permiso suyo y los que después puedan leer esto o escucharlo, nosotros éramos los parientes pobres de la Universidad, o sea nos miraban, llegaban muchos para lucirse y estoy dando como dijera mi versión, para lucirse de repente llegaban rectores y decanos, para lucirse, o sea, tenemos el primer ejemplar de la aurora de chile, tenemos esto como para fotografiarse y todo y después no daban ni las gracias y nosotros sacamos todo el material y se iban, pero para hacer uso de la biblioteca y del archivo éramos los primeros en estar sirviendo, pero para nombrarnos para, como dijera como a lo mejor arreglarnos los sueldos o considerarnos como funcionarios, nada. De repente te llamaban para acá oye decían, en la biblioteca no hay nada, bueno o sea si tú no sabes meterte al catálogo bello me llamas y yo te enseño, pero si tu vienes a pedirme un libro específico de física cuántica, posiblemente no lo tenemos, pero decían, no nunca en la Biblioteca hay nada, porque leseras aquí no hay les decía yo, de repente teníamos un casino y ahí yo trataba de evitarlo el casino porque decían, oye en la biblioteca no hay nada, oye Don Alamiro no deja entrar a nadie, Don Alamiro esto y Don Alamiro lo otro, y yo para evitarlo no iba yo al casino

E: había un casino acá

Marta: si había un casino arriba, no sé qué es lo que hay ahora ahí

E: ¿Dónde funcionaba?

Marta: cerquita ahí saliendo de donde la Rebeca un poco para allá, unas oficinas grandes que no tenían uso, que no tienen nombre la sala y ahí había un casino para funcionarios que, ¿Cómo se llamaba este rector? Se sentó un día conmigo muérete, y me dijo yo almuerzo lo mismo que ustedes, no daban al principio el almuerzo gratis, pero después ya no, y yo siempre fui muy delicada de estómago así que yo, no me hacían dieta nada así que después yo dejé de ir y de ahí me enteré de que se acabó, era un buen beneficio igual, tener un casino, porque después pagaron en el Instituto Nacional y ahí iba yo, de repente y ahora está en el Serviu, el casino

E: pero nadie va al Serviu

Marta: si de aquí va Cristian, no se quien más, pero la mayoría de los que estaban, porque vienen todavía los del Mac vienen al casino

E: y después de Don Alamiro ¿vino?

Marta: después de Don Alamiro vino, eee el profesor Giannini, porque Don Alamiro murió en junio del 90 y él llegó ponte tú en Agosto del 90 Giannini, estuvo 4 años, siempre dijo que esto no era lo de él, que él veía un mundo muy grande, que estaba muy agradecido de la gente pero él era sus libros, sus clases, lo que le llamó la atención fue la imprenta, porque era hijo de, su familia tenía imprenta, entonces eso el gustaba mucho y los asados que hacían ahí y los cocimientos y cosas

E: ¿hacían asado?

Marta: hacían asado y cocimientos y un compañero que tenía fondo entonces ahí se sentía a gusto con las maquinarias y todo eso, después de él vino Darío, estuvo 8 años y Darío era un ser especial, no le gustaba que lo molestaran, desde el principio no le gustaba la oficina de Don Alamiro, y tenía su oficina allá en Depósito, y ahí él escribía, era bien, bien piolita, pero ninguno ha hecho nada por los funcionarios, así tengo que decirlo, así de duro, como de arreglarlos, de darles un incentivo, mandarle a cursos, yo le decía Don Alamiro quiero aprender de computación, para qué, pero cómo para capacitarme, y lo otros cursos que habían eran pagados ya más adelante, con Darío ya empecé a ir a cursos, pero como que nos arreglaran los sueldos o algo así no

E: El quería como mantener este lugar, ¿y porqué se cambió el nombre de Archivo?

Marta: por el material, porque ya Darío dijo esto no es una biblioteca popular, no es una biblioteca básica, no es una biblioteca escolar, tenemos libros patrimoniales, entonces se le puso archivo

E: por eso le puso archivo ¿y le explicó a usted ese cambio?

Marta: o sea, nada, la autoridad había una reunión entre ellos y después se comunicaba ya a partir de tal fecha ya pasamos a ser Archivo Central, el 10 de agosto

E: y después de Don Darío vino Don Manuel Dannemann

Marta: Don Manuel Dannemann que estuvo 4 años

E: ¿y él como era a su juicio?

Marta: es que la mayoría trabajaba para sí mismo, entonces claro él se hizo una idea de lo que era la biblioteca, pero también trabajaba en su libro, en sus investigaciones, te pedían algunas cosas pero trabajaba muchas cosas pero no para aportar aquí al archivo sino que estaba para publicar algo, y te lo digo porque tenia una compañera que iba mucho a trabajar con él y le pregunté y era un proyecto que no era un proyecto del archivo, o sea nadie nos ha tratado mal, o sea en mi caso siempre he sido muy respetada y valorada eee por todas las jefaturas acá, en un tiempo me tenían mala porque decían la Marta es brillante, no llegaba atrasada, en ese tiempo no tenía los problemas de salud que tengo ahora, entonces no faltaba, llegaba a la hora, entonces de repente claro, a donde la ven así los compañeros empiezan que uno, está haciendo la pata, no sé, yo no puedo decir que ninguna autoridad que haya tenido yo, que me hayan llamado la atención o que hayan tenido un trato malo conmigo no, faltaría a la verdad, yo, mis 40 años muy dignos acá, para mi esto es, he tenido mi historia personal, mi hijo, porque para que te voy a hablar de mi historia personal, aquí todo aparte de trabajar teníamos toda nuestra historia, todas nuestras vivencias, nuestros dolores, como en todo ser humano, o sea aquí se vio mucha, mucha como te dijera mucha solidaridad entre los compañeros cuando alguien estaba enfermo o algo así, pero no como te dijera que, como en todos los trabajos habían grupos que eran más amigos, pero yo la verdad nunca tuve problemas con nadie, nunca tuve problemas como te dijera que voy a hablar, voy a hablar con el director, no, felizmente yo voy a salir con la frente muy alta de acá porque no, si tu revisas mis calificaciones de años anteriores o cuando llegó la profesora, no, no me siento muy agradecida porque yo aprendí mucho acá, aprendí de los usuarios, le enseñé a mucha gente también, hay gente que venía después a agradecerme y eso te llena de orgullo, venían abogados que habían estado estudiando para su examen de grado, habian pasado horas y hay gente que de repente tu no te acuerdas y me decían no señora Marta si yo me acuerdo, usted me ayudó y me saqué tal nota, entonces a lo mejor tu has dicho claro, no he sido millonaria pero he tenido esa gratificación de que el paso por la vida no fue en vano, que ayudaste a alguien, que consolaste a alguien y que aprendiste porque aquí uno aprende día a día, porque hasta los mismos usuarios, yo participé en el Día del Patrimonio desde que inició, o sea hasta los niños me hacían preguntas insólitas y que después querían volver e incluso además una vez llegó un caballero que no quiso dejarme sus datos que era nieto de Don Domingo Edwards y que traía a su hijo, no me dijo, si yo voy a volver, y traía a su hijo y ese fue un día que yo estaba sola aquí y estaba yo con la foto de Don Domingo y me dijo ese es mi abuelo, y yo por favor déjeme sus datos y no me dijo si yo voy a volver, y miraba con mucho orgullo, claro, si uno mira su abuelo y lleva su nombre y todo eso

E: son 40 años aquí Martita

Marta: 40 años, los cumplí en Julio

E: ¿y cómo ve usted a la Universidad en 40 años? ¿Muchos cambios?

Marta: Sí muchos cambios, pero nosotros sí hemos estado, por la ubicación a lo mejor, siempre hemos estado un poco aislados a esos cambios, no para bien o pa mal pero siempre

E: un ritmo distinto

Marta: claro un ritmo distinto, hasta el entorno es un ritmo distinto, y hasta la fachada si uno te ve como un espectador te ve como que el tiempo es como más pausado, por el hecho de contemplar todos días libros, pero si se han hecho cosas importantes, se ha visibilizado como decía el término de la profesora el Archivo, si toda la gente que ha venido, ohh yo no tenía idea que existía esto, yo no sabía que aquí estaba la memoria de Arturo Prat, o cuantas cosas valiosas que aquí tenemos, entonces claro todo, cuando yo llegué acá y lolita, no te imaginabas el mundo que era esto, porque mucha gente que llegó a la Sala de Lectura como usuario se quedó trabajando aquí

E: ¿Cómo ve usted el futuro de la Universidad?

Marta: ohh yo no soy mucho de la palabra futuro, pero si ojalá que esto se conserve, lo único que me preocupa es que habiendo tanta cosa valiosa, se pueda mostrar al público, que tenga más afluencia y realmente que lo que tiene la mano, el olor a libro, una linda encuadernación, contenido, que eso permanezca, ojalá que no, que siguiera avanzando haciéndose todas estas investigaciones, de todo lo que sea tecnológico sin desmerecer lo antiguo, sin que intervenga en el libro, como para que se mantenga, yo me imagino, a lo mejor volver de visita y, y que siga, total como está de bonito, en cuanto a físico, en los cambios, pucha de política de investigación, no sé pero, pero para mi esta ha sido mi casa, yo tuve muchos problemas en mi vida, personal, mi refugio era aquí, mi refugio era la biblioteca, de repente investigaba por mi cuenta, me gustaba sacar mucho artículos sobre cuento hispanoamericano, me gusta mucho hasta el día de hoy, lastima que a mi hijo no le gusta mucho leer, pero yo, mi padre me educó de chica el leer, eso de abrir la mente, conocer otras realidades

E: y su papá

Marta: mi mamá era química farmacéutica y mi papá profesor y bueno yo era de familia profesores y mi hijo profesor, y no sé qué más agregar

E: bueno lo que usted quiera decirnos, pero desde ya darle las gracias por su historia aquí

Marta: claro yo he tratado de dar mi historia laboral

E: su vida aquí es una vida acá,

Marta: claro porque yo, en un momento, yo hice de este lugar un hogar, ya que yo no tuve un hogar bien constituido entonces yo disfrutaba, ahora estoy más cansada, porque estoy asmática ¿me entiende? Pero claro, yo venía y de repente lo que más me gustaba era porque llegaba y sin saber nada del proyecto que traía en la mano, pero mire, vámonos por este camino, veamos por esta, a lo mejor hay alguien su, veamos a lo mejor por acá y de repente me decía era justo y me fue tan bien este trabajo y usted me orientó para donde ir así que le doy las gracias cuánto le debo, no, cómo le decía yo, cómo me va a deber algo si yo estoy trabajando junto contigo

E: qué lindo trabajo

Marta: traje a mi hijo y traté de inculcar, pero mi hijo era hiperactivo

E: era distinto

Marta: claro, entonces como de leer nada, pero sí mi padre me inculcó mucho leer y como le digo esta fue mi casa, entonces yo estoy en una etapa en que ya paso a otro momento de mi vida, aquí voy a echar de menos, el que me ve a costar el despegue, el que tengo que enfocarme en hacer algo

E: usted va a jubilar ahora

Marta: si po, en abril si dios quiere me voy, entonces tengo esos sentimientos encontrados, porque es difícil acceder por las micros, que ya me empujan, pero de repente estoy en mi casa que estoy delicada de salud y he soñado que estoy trabajando, ordenando libros, alfabetizando, entonces yo tejo mucho, que es algo similar, yo tejo mucho, algo que llene mi vida de aquí a que parta, porque claro, una vida aquí, aquí trabajando, yo soñé muchas veces con retomar mis estudios pero usted sabe que de repente la plata

E: si es terrible eso

Marta: claro entonces yo sigo de pronto que me gustaba de la pedagogía, he seguido enseñando a niños, tengo mucho contacto con niños entonces eso quedó y bueno y agradecida si, de la profesora Alejandra, que ha tenido una especial deferencia por mi salud y por mis cosas personales, ella me ha escuchado y no porque estoy hablando ahora porque no todas las personas que trabajaron aquí se dedicaron a darme un tiempo, de escucharme, qué me pasaba, en lo más personal, entonces sí escuchó y yo voy a estar muy agradecida y voy a estar siempre porque tuvo un especial cuidado a mi persona y bueno a todas ustedes que las conocí que son mis niñas

E: que la queremos mucho

Marta: para mí son como mis hijas, yo a mi hijo le digo yo no tengo niñas pero tengo a mis compañeritas, ay tus compañeritas me dice y yo sí, son como mis hijas

E: nosotras la queremos mucho

Marta: Soy su mamá institucional, como ya tenemos yo soy como su mamá son mis niñas y yo he aprendido tanto de ustedes, siempre han sido respetuosas y cariñosas en ayudarme y facilitarme las cosas

E: es que la queremos y respetamos y valoramos muchísimo su historia acá, su, o sea todo lo que usted nos cuenta dice que, dentro de todo esto es un botón de muestra así pequeñito de toda una vida juntas

Marta: claro cómo voy a resumir en esta hora que estamos todo lo que he vivido en 40 años en cuanto a relaciones personales de aquí en la Biblioteca o del Archivo en su momento, porque ya la gente, ya mucho ya no está aquí, ya partieron, entonces yo ahora soy, en ese momento me decían la nueva, imagínese, llegó la nueva y ahora estoy partiendo y ya yo soy la más antigua que está aquí en el Archivo, claro porque la Paty trabajaba en el pedagógico lo que era antes y llegó el 83 para acá, así que yo llegué en julio a las 11 de la mañana, no ve que yo tengo buena memoria

E: ¿qué día era?

Marta: 5 de julio, no sé si era miércoles, 5 de julio del año 79

E: que lindo Martita, muchas gracias por todo