Isidora Zegers de Huneeus, Álbum personal de Isidora Zegers, 1823-1870.
Colección Eugenio Pereira Salas
Archivo Central Andrés Bello.
El Álbum personal de Isidora Zegers es un empaste en formato vertical que contiene 324 ítems de distinta naturaleza y carácter. Corresponde a una encuadernación a la holandesa o de media pasta. El lomo se presenta en piel azul, de ahí su denominación coloquial de “Álbum azul de Isidora Zegers”. Sus tapas de cartón fueron forradas en papel tornasol azul. En el lomo presenta las siguientes inscripciones: Semanario Musical/Autógrafos/Fotografías/Isidora Zegers de Huneeus. Este empaste debió formar parte de una colección de materiales de uso personal de Isidora Zegers, y de alguna forma dialoga con el Album de Isidora Zegers, o (“Álbum rojo de Isidora Zegers” como se le conoce coloquialmente), custodiado en la Biblioteca Nacional de Chile.
Particularmente, en la colección Eugenio Pereira Salas no existe otro objeto similar a este álbum, sin embargo es evidente que este objeto dialoga con otros materiales del propio Pereira, por ejemplo, un pequeño álbum de aguadas que pudiese ser de autoría de Raymond Monvoisin, y que pudo haber estado en posesión de la familia de Isidora Zegers.
De acuerdo con el análisis crítico de su contenido, podemos concluir que fue compilado entre 1823 y 1870 por la propia Isidora Zegers (1803-1869), artista española avecindada en Chile. Como “álbum” este empaste se puede clasificar dentro de un espacio liminal entre distintos tipos de álbumes. Si bien pudiera considerarse como un álbum amicorum, libro donde se plasman expresiones de homenaje y vínculos de amistad entre un grupo de personas afines, al estar centrado en documentos referidos o en relación con Isidora Zegers, adopta un carácter mucho más individual que el amicorum. Por otra parte, contiene una gran cantidad de recortes de notas prensa y de grabados, lo que lo acerca también al scrapbook, o álbum de recortes popular a fines del siglo XIX.
Esta pieza forma parte de la Colección Eugenio Pereira Salas y llegó al Archivo Central Andrés Bello el año 200810. Forma parte de un conjunto de materiales que el propio historiador recopiló durante su vida y que sirvieron como fuentes en diversos escritos. El impulso para custodiar este acervo surgió de la iniciativa personal del académico del Departamento de música, profesor Rodrigo Torres. Teniendo claro el valor patrimonial de la colección entabló conversaciones con las autoridades del Archivo Central Andrés Bello para su mejor conservación y futura puesta en valor. En un momento posterior, el mismo académico presentó el proyecto que permitió la restauración y digitalización del álbum, lo que permitió el desarrollo de otros abordajes investigativos.
Este álbum presenta además un carácter metatópico, es decir que contiene, un conjunto de obras musicales tal como sus símiles europeos, sumando a ello correspondencia, notas de prensa, partituras, fotografías, grabados, dibujos, entre otros documentos. Por otra parte, esta variedad de contenidos presenta un carácter colectivo por la enorme red de personalidades que en el se cruzan, todos mediados por su figura.
Como vestigio histórico, este álbum constituye un reflejo material de su vida en Chile dando cuenta del contexto socio cultural del momento. Según el análisis de su contenido, Isidora Zegers comenzó a conformar esta colección documental al poco tiempo de haber llegado a Chile, lo que indica que tenía pleno conocimiento de la popularidad que este tipo de empaste tenía dentro de los círculos femeninos europeos y burgueses de la época.
La pieza presenta una particularidad que lo distingue del Álbum de Isidora Zegers (“álbum rojo de Isidora Zegers”), así como de muchos otros álbumes de mujeres, pues fue compilado y organizado para el goce privado de Isidora Zegers (o bien de su familia), y no para ser exhibido públicamente en el salón como la mayoría de los álbumes. Esto, porque contiene muchas opiniones que ella emitió para sí misma, numerosos comentarios en los bordes de los documentos que son indicios de las distintas veces que revisó y volvió a revisitar estos documentos. Así, ella logró constituir un acervo tanto de su vida como de su música, y de sus relaciones sociales en el ámbito artístico musical.
Si bien la colección fue reunida por la propia Isidora Zegers, muchos de estos documentos no fueron generados por ella, sino que o bien le fueron dirigidos (como la correspondencia) o bien la mencionaban dentro de diversas prácticas musicales (como la mayoría de las crónicas de prensa). Por esta razón, la mayoría de estos documentos nos permiten armar un perfil (tanto público como privado) de Isidora Zegers a través de otras miradas.
Dentro del contenido de este álbum destacamos algunos de sus documentos. Contiene dos fotografías que considero tesoros, una de José Zapiola, memorialista y cronista chileno. Es la única fotografía del autor que se conserva y ha sido referenciada en la mayoría de los documentos que lo mencionan. La otra imagen muy valiosa es la fotografía de José Bernardo Alzedo, también la única que se conserva del autor y compositor, autor del himno nacional del Perú y que fue durante 18 años, maestro de capilla de la Catedral de Santiago, máximo cargo musical de la época.
En el álbum se conserva también numerosa correspondencia dirigida a Isidora Zegers por importantes personalidades de la época como Teresa Rossi, (cantante de ópera), Aquinas Ried (músico y compositor alemán avencindado en Chile), su maestro de música Federico Massimino (cantante francés), de R. A. Phillipi (naturalista alemán radicado en Chile), de Raymond Monvoisin (pintor francés), de Henry Lanza (cantante y maestro de capilla de la catedral), de Louis Moreau Gottschalk (pianista virtuoso norteamericano), de José Joaquín Vallejo (literato chileno), entre otros.
Dentro de los tesoros conservados en el álbum puedo mencionar también todas las partituras de las creaciones musicales de Isidora Zegers, varias ellas de su puño y letra. Dentro de las curiosidades, se conserva el primer “Reglamento del Conservatorio Nacional de Música”, algunas fotografías de Valparaíso de la época, otras de Mendoza, y la biografía de su primer esposo, asesinado luego de la Batalla de Lircay. Como característicos de este álbum puedo mencionar todas los recortes de crónicas de prensa y los recortes de grabados de músicos de la época.
En síntesis, este empaste constituye un tesoro por varias razones, que abordan tanto su forma física y su riqueza material, así como también en cuanto a su contenido textual. A saber, contiene la única copia completa que conocemos de El Semanario Musical (primera publicación periódica música chilena), algunas fotografías muy valiosas, correspondencia con importantes personalidades de la cultura de la época como e incluso un diploma de reconocimiento emitido por el Presidente de Chile Manuel Bulnes, entre otros documentos.
En concordancia con el valor patrimonial del álbum y su condición de tesoro, se llevo a cabo la investigación titulada “Catastro, inventario, digitalización, puesta en valor y difusión del Álbum personal de Isidora Zegers”, pesquisa que fue financiada por el Fondo de Fomento de la Música Nacional en su Línea de Investigación y Registro de la Música Nacional, Folio 492829, convocatoria 2019. Su investigadora responsable es quien suscribe esta ficha de puesta en valor, es decir, Fernanda Vera, académica del Departamento de Música de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Este proyecto buscó poner en valor este álbum mediante el catastro, inventario, digitalización y difusión interactiva de su contenido mediante la creación y difusión web de una página en la plataforma digital OMEKA, de libre acceso para la comunidad. Esta plataforma, especializada en la visualización de colecciones digitales, y donde generamos galerías y exposiciones de imágenes y documentos, son, a nuestro juicio, la mejor forma de socializar este valioso y complejo objeto.
Bibliografía
Pereira, Eugenio. 1941. Los orígenes del arte musical en Chile. Santiago: Publicaciones de la Universidad de Chile.
Acceso a la Biblioteca Digital
Créditos generales: Fernanda Vera Malhue.
Edición: Ariadna Biotti Silva.
Fotografía: Camila Torrealba P.
Santiago, 28 de Mayo de 2021