Departamento de Fotografía y Microfilm. Centro Universitario de Arica, Talleres [1]. ca.1970.
Archivo Central Andrés Bello
Imagen en blanco y negro tomada por el Departamento de Fotografía y Microfilm de la Universidad de Chile. Las fotografías muestran a mujeres, probablemente estudiantes, en los talleres desarrollados en la sede Arica de la Universidad de Chile. Estas piezas seleccionadas pertenecen a la Colección Archivo Fotográfico, Serie Institucional, del Archivo Central Andrés Bello de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, acervo que cuenta con más de 71.000 ítemes correspondientes a fotografías, negativos, diapositivas, albúminas y fotografías en papel.
A mediados del siglo XX se hace cada vez más patente el problema de la excesiva centralización del país. El crecimiento desmesurado del centro en desmedro de las provincias, hizo evidente los grandes desequilibrios en cuanto a población, trabajo, servicios, conectividad, educación, entre otros. En este contexto, y con el objetivo de mejorar las condiciones de la región, se firmó en 1953 el decreto que convierte al puerto de Arica en un Puerto Libre. Este hito implicó la liberación tributaria y aduanera, permitiendo la creación de nuevos puestos de trabajo y propiciando la migración de personas a este sector. Más tarde nació la Junta de Adelanto de Arica (JAA) con el propósito de fomentar las exportaciones, comercio, industria, turismo, investigación e inversión en agricultura, ganadería y minería, y así fortalecer el sector norte del país. Además, la junta se preocupó de impulsar actividades educativas y culturales, para ello se firmaron una serie de convenios con la Universidad de Chile.
Durante el mismo período la Universidad de Chile participó de las discusiones en torno a la importancia de llevar a cabo políticas de descentralización. Es por eso que, progresivamente, se fueron implementando una serie de iniciativas para fomentar el desarrollo activo de los habitantes de cada región, destacan en esta materia los rectorados de Juvenal Hernández, Juan Gómez Millas y Eugenio González, quienes implementaron Escuelas de Temporada, e impulsaron los colegios y sedes regionales. En el caso de Arica, las primeras experiencias fueron: la Primera Escuela de Invierno efectuada en julio de 1952; Escuelas de Temporada de 1955; y la expedición arqueológica a Arica y La Serena en 1957. El entusiasmo y la importancia que tenían estas actividades en la región, incentivaron la formalización en 1960 de un convenio entre la JAA y la Universidad de Chile, en el cual se planteó primeramente el establecimiento de una Sede Permanente de Actividades de Extensión. Más tarde, luego de una sesión extraordinaria con el Rector Juan Gómez Millas, se concretó en marzo de 1961 la instalación de una Oficina Regional de la Universidad de Chile en Arica, que dependía administrativamente de Antofagasta. En esta oficina se implementaron las Escuelas de Administración de Empresas y de Personal, la Escuela Internacional de Teatro y la Escuela de Artes Aplicadas. Las actividades de la Oficina eran financiadas en conjunto por la JAA y por la Universidad de Chile.
En 1965, bajo el rectorado de Eugenio González, se dictó el decreto que creó los Centros Universitarios de Provincias, así, la Oficina de Arica pasó a ser el Subcentro Universitario de Arica. Sin embargo, en 1966 se le otorgó el carácter de Centro Universitario, independizándose de Antofagasta. El objetivo de estos Centros Universitarios, que fueron creados en varias regiones del país, fue impartir la enseñanza superior en todos sus grados, sobre todo de aquellas profesiones necesarias para cada una de las zonas. Este proceso fue profundizado como consecuencia de las movilizaciones de la Reforma Universitaria de 1968. Los Centros Universitarios se convirtieron en “Sedes de la Universidad de Chile en provincias” por medio del Decreto Supremo N°1186 de 1970. Esto implicó una reestructuración administrativa que reconoció a las sedes como una “unidad mayor de la Universidad”, las cuales si bien seguían dependiendo de la normativa del gobierno central de la casa de estudios, con el nuevo decreto detentaron una unidad territorial, un tamaño funcional y un importante grado de autonomía administrativa, con el objetivo de propender al desarrollo de la región.
Las presentes imágenes, tomadas en la década de los setenta, nos muestran las instalaciones de la Sede Arica. Este edificio comenzó a construirse en 1966, antes de eso, algunos cursos funcionaron en escuelas de la ciudad, en locales arrendados y en galpones metálicos que se crearon para tales efectos. El edificio de la Sede Arica fue diseñado por el arquitecto Mauricio Despouy, quien articuló una arquitectura de escaleras, jardines y quiebrasoles en el desnivel topográfico del sector. El proyecto tuvo dos etapas, entre 1966 y 1967, periodo en que se construyeron salas de clases, laboratorios y oficinas. Y una segunda etapa entre 1969 y 1971, en que se levantó un pabellón para la administración, salas, auditorio, pasillos y terrazas.
Con el golpe militar de 1973 y la instalación de la dictadura, la Universidad de Chile fue intervenida en prácticamente todas las aristas. La enorme presencia e impacto que había logrado la universidad en regiones fue frenada debido a la Ley General de Universidades de 1981, la cual desmembró la red de universidades públicas que existían en ese entonces y permitió la creación de universidades privadas. En ese contexto, en marzo de 1981 la Sede Arica de la Universidad de Chile es desvinculada de la institución pasando a convertirse en el Instituto Profesional de Arica. Luego, a finales de ese mismo año, se creó la Universidad de Tarapacá, que fusionó el Instituto Profesional de Arica y la sede Arica de la Universidad del Norte. Hoy en día, el edificio de la antigua Sede Arica corresponde al Campus Velázquez de la UTA.
La imagen son de gran valor al remitirnos a la historia de la Universidad antes de la dictadura, permitiéndonos comprender los alcances de su crecimiento, de su misión y su compromiso con el desarrollo del país en esa época. También nos invita a pensar en el impacto que tuvo su desmembramiento e intervención de la institución en el periodo de la dictadura, consecuencias que aún no han sido del todo cuantificadas.
El Departamento de Fotografía y Cinematografía fue creado por la Universidad de Chile a fines de los años cuarenta, luego del traspaso que hizo la Dirección General de Informaciones y Cultura (DIC) del Ministerio del Interior a la Casa de Estudios para que esta se hiciera cargo de las políticas culturales del país, posteriormente el Departamento pasó a llamarse Laboratorio Central de Fotografía y Microfilm (en ocasiones también denominado como Departamento de Fotografía y Microfilm). Esta unidad estaba a cargo de apoyar las labores de docencia, investigación y extensión, entre sus directores más emblemáticos encontramos a Raúl Barrientos (1948-1958), Roberto Montandón (1958-1966), Domingo Ulloa (1966-1983) y José Moreno (1994-2011). El equipo de trabajo de esta unidad estaba compuesto por fotógrafos que destacaron en la escena cultural del país, entre estos podemos mencionar a Antonio Quintana, Baltazar Robles, Patricio Guzmán Campos, Mario Guillard, entre otros.
El Laboratorio de Fotografía y Microfilm tenía entre sus labores la documentación de las actividades de todas las facultades y dependencias de la Universidad, en ese contexto, en varias ocasiones las imágenes fueron expuestas en distintos lugares de la institución para difundir y vincular simbólicamente todos los espacios y experiencias, y así fomentar un espíritu común.
El presente conjunto corresponde a la serie institucional, acervo que da cuenta del quehacer universitario, sus dependencias y comunidad universitaria, es por ello que catalogamos a esta pieza como una representativa de la colección.
Bibliografía
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Accede a la pieza en la Biblioteca Digital
Créditos: Nathaly Calderón – Andrea Durán
Edición: Ariadna Biotti – Gabriel González
Revisión: Alejandra Araya