Jorge Délano (dir.), Almanaque Topaze, Santiago, 1933.
Archivo Central Andrés Bello.
Aunque exista un director, las revistas son siempre fruto del trabajo de un equipo editorial. En este caso fue Jorge “Coke” Délano (1895-1980), Jorge Sanhueza (Pichiruche) y Joaquín Blaya, junto con otros artistas que se fueron sumando, los que dieron a luz la revista Topaze, el 12 de agosto de 1932. Culminaría sus labores casi 40 años más tarde, en 1970. Debe recordarse que la publicación tuvo una segunda época, a cargo de otro equipo editorial y creativo entre 1989 y 1996. Topaze fue un actor cultural relevante de la vida política y social del país, “el barómetro de la política chilena”, capaz de marcar una época al situar el humor en el centro de la vida pública nacional. En este marco de relevancia y como producto derivado de ese proyecto editorial, se publicó El Almanaque Topaze en enero de 1933.
El almanaque es un impreso de origen europeo de circulación anual que empezó a producirse de manera muy asidua a mediados del siglo XIX en Latinoamérica. Esta publicación contiene de manera general la organización del tiempo civil, eclesiástico y natural. De esta forma, los contenidos lingüísticos y gráficos se estructuran a partir de calendarios de fiestas patrias y religiosas, efemérides civiles, santorales, tiempos lunares y temporadas de siembra y cosecha. Dichos contenidos han ido variando dependiendo de su uso y circulación. Por ejemplo, a finales del siglo XIX el mercado incluyó su propia agenda, convirtiendo a este impreso en una pieza fundamental en la publicidad de productos. Por lo anterior, se incluyeron, según los lectores-consumidores a los cuales se esperaba llegar, textos literarios, avisos clasificados, fotografías y textos de tradición popular. El almanaque se convirtió, así, en un dispositivo dinámico tanto en las formaciones lectoras de las clases populares a través de la educación informal, como de las clases medias que leían textos ilustrados. En síntesis, estos estratos sociales de lectores se familiarizaron con textos multimodales que contenían un importante segmento gráfico como oráculos, signos astrológicos y zodiacales, los cuales interactuaban con textos de diferente índole como pequeños escritos literarios, chistes o efemérides.
En el caso del Almanaque Topaze, la unión entre lo religioso y lo pagano, lo visual con lo escrito, el humor y la representación de la vida cotidiana se integran y satirizan el formato del almanaque para ridiculizar los vicios delos políticos durante todo el año. Algunos de sus contenidos son: una página de grafología, técnica de interpretación de la personalidad a partir de la escritura que gozaba de gran difusión en ese momento; “las tallas” de Verdejo, el célebre personaje que encarnaba a las clases populares en la revista satírica; un apócrifo diario parodiando a El Mercurio, “El Mercucho”; un oráculo, con precisas instrucciones para su lectura; y, al final, una sesión de quiromancia satírica. En ese mismo sentido, el profesor Topaze –la voz seria de la publicación- se tomó la tarea de dedicar breves líneas en la sección “Papeslóscopo y efemérides gloriosas” para proferir consejos o reprimendas para cada día del año.
Su dimensión material se asemeja a la de la propia publicación de donde se originó. La portada está impresa en lo que parecen 4 tintas: rojo, amarillo, azul y negro. Esta cuatricromía solo se encuentra en la carátula, lo que permite deducir que la pieza tiene una inversión más grande que la de la revista principal, por ser de carácter anual. El contenido se mantiene a blanco y negro, como habitualmente se imprimía la revista homónima. La portada, como la mayoría de los paratextos de los almanaques, presenta el universo astrológico del nuevo año. En él vemos al profesor Topaze, que señala burlonamente un telescopio, y su figura se difumina con el círculo de la mitología zodiacal, tal vez como metáfora de los pronósticos de la vida política de Chile durante 1933.
La pieza que presentamos es una curiosidad en tanto que utiliza el formato de almanaque y se vale de su multimodalidad para enfrentarse a la coyuntura política del año 1933 desde una particular clave de lectura satírica. Además, es una pieza única, ya que no hay rastros de una publicación anual de Almanaque Topaze en los años siguientes. Finalmente, se trata de un documento histórico que da cuenta de la actualidad política en el momento de su publicación, permite identificar las obras de los principales dibujantes de historieta política y proporciona información sobre el formato almanaque, uno de los impresos masivos que mayor circulación tuvo en Chile en la década de 1930.
Bibliografía
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Acceso a la Biblioteca Digital
Créditos: Cielo Ospina Canencio.
Edición: Tomás Cornejo.
Fotografía: Camila Torrealba P.
Santiago, 02 de enero de 2018.