Ariadna Biotti presentó el proyecto de investigación ¨Rastros Lectores¨ en Bogotá
Durante los días 25, 26 y 27 de julio, se realizó en la ciudad de Bogotá el Encuentro Latinoamericano del Libro, la Edición y la Lectura organizado por el Instituto Caro y Cuervo y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que convocó a investigadores, editores y gestores culturales de distintas latitudes interesados en los temas de la cadena del libro, las prácticas de lectura y el ámbito editorial.
Ariadna Biotti, coordinadora del Área de Investigación Patrimonial del Archivo Central Andrés Bello, asistió a este evento con la ponencia ¨Rastros lectores: una interpretación a la historia del libro desde las colecciones del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile ¨. En su presentación, se dio cuenta de la propuesta de trabajo sobre el patrimonio que ha desarrollado AB y las preguntas que en ese contexto surgieron sobre los libros acá resguardados y las prácticas asociadas a ellos.
El proyecto de investigación Rastros Lectores busca reflexionar criticamente sobre los usos y sentidos de los libros a partir de la examinación de lo impreso buscando vestigios de experiencias lectoras pasadas, interpretamos qué sentidos han tenido los libros para quien los han considerado y apreciado como tales.
Este proyecto busca esculpir las siluetas múltiples, desconocidas e invisibilizadas, las sensibilidades y experiencias banales y cotidianas de quienes existieron sin necesariamente trascender en la vida política de la institución universitaria. Tiene como propósito salir de una historia cronológica, huir de los marcos temporales rígidos, pues considerar la complejidad del libro procura desafiar la linealidad ficcional del tiempo. En este sentido, se propone como interpretación que los rastros darían cuenta de las funciones que los usuarios de esta biblioteca dieron a los libros, en el entendido que el libro es un objeto complejo cuyos sentidos se encuentran en la reunión de este con el eventual usuario.
Para Ariadna Biotti estos encuentros propician el dialogo con otras experiencias latinoamericanas relacionadas al libro, en las que prevalece la reflexión social. Su impresión es que Chile suele generar dialogos muy internos, abstrayéndose en alguna medida del resto del continente, por lo que es importante encontrarse con aquellos temas que son comunes para latinoamérica y confirmar que las reflexiones que acá se hacen tienen perspectivas mayores. Desde estos encuentros se construyen posibilidades de trabajo colaborativo que permiten sacar la Historia del Libro de los relatos historiográficos en clave nacional. Es enriquecedor observar el trabajo de otros investigadores que desarrollan sus proyectos en países que tienen contextos económicos y culturales distintos al nuestro, con los que, a pesar de nuestras diferencias, compartimos experiencias que nos interpelan e interrogan en cuanto chilenos, y que nos enfrentan a la imagen que hay de nuestro país.
En terminos generales se puede afirmar que la investigación sobre prácticas lectoras desde la disciplina histórica es aún un tema que puede ser considerado nuevo, pues los estudios en esta línea han prorizado perspectivas sociológicas, con énfasis en preguntas por la Historia de la Edición y la Industria Cultural del Libro. En nuestro país aún falta mucho que hacer ínclusive en torno a estos temas que ya tienen más desarrollo en el resto del continente. Faltan otra miradas que saquen al libro de la perspectiva del anticuario o del preciosismo y por eso nos sentimos orgullosos de haber participado con un proyecto que puede ser un aporte a esa historia por hacer del libro y sus lectores.