José Hipólito Cordero. Cómprenme bellas damas / El cochero apasionado de la conductora. Pliego suelto. [1894].

Colección Lira Popular.

Archivo Central Andrés Bello

La presente pieza corresponde a un pliego suelto de la Lira Popular, publicado por el poeta José Hipólito Cordero en 1894. Se conoce como “Lira Popular” a un conjunto heterogéneo de pliegos sueltos u hojas volantes impresas de gran formato, que circulaban masivamente en Santiago, a finales del siglo XIX y primera mitad del XX. En dicho formato, los poetas populares es decir, los cultores de las tradiciones rurales trasladados o emigrados a la ciudad, componían versos “a lo humano” (lo cotidiano) y “a lo divino” (lo religioso) representando de este modo las  complejas tradiciones culturales, las relaciones, tensiones sociales y de género, las costumbres, los sentimientos, hábitos y conductas populares del periodo. La presente pieza es parte de la Colección Lira Popular del Archivo Central Andrés Bello, y hoy es parte de la exposición Mujeres Públicas (2019-2021) de la Sala Museo Gabriela Mistral. 

En la prensa de todos los colores políticos las mujeres hasta la actualidad hemos sido criticadas constantemente, ya sea por el vocabulario, los modales, oficios, y otros aspectos que supuestamente no son adecuados para una mujer. En el mismo pliego de esta Lira Popular, leemos una décima de un feminicidio, el estereotipo de la mujer bruja, la indefensión de los niños y el amor romántico y maternal como temas asociados a las mujeres. Estos impresos, de amplia difusión impresa y oral, nos permite constatar las formas en que la misoginia, el machismo y la violencia se naturalizan en una sociedad y deja constantemente a los más “débiles” expuestos al morbo, el escarnio público y la revictimización.

En la pieza, observamos algunos versos que relatan “El cochero apasionado de la conductora”. Las “conductoras” fue el nombre popular con que se conoció en las ciudades chilenas a las cobradoras de los carros urbanos a partir de la década de 1880. En el contexto de modernización urbana de fines del siglo XIX, las mujeres que trabajaron en este medio de transporte colectivo representaron una transformación disruptiva para todas las clases de la conservadora sociedad de entonces. 

Por una parte, eran mujeres de los sectores populares que desempeñaban un oficio en el espacio público, pero a diferencia de vendedoras ambulantes, cocineras, cantoras, prostitutas y otras trabajadoras que tradicionalmente ocupaban la calle para desempeñar sus quehaceres, las cobradoras tuvieron un empleo moderno. Su relación laboral, en una economía típicamente capitalista, se estableció a través de un salario y con una empresa. En la misma lógica, las cobradoras ocupaban un uniforme vistoso y llevaban un número que las identificaba. Además, su empleo estaba asociado a los medios de comunicación que cambiaron la vivencia cotidiana del espacio, permitiendo que la ciudad creciera y se densificara. Los carros urbanos eran sinónimo de innovación tecnológica, y estas trabajadoras siguieron en su oficio cuando se pasó de la tracción animal a la energía eléctrica.

Las conductoras o cobradoras generaron gran revuelo: fueron acosadas y, también, cortejadas por “zancudos” y “pololos”, tanto de su propio entorno social, como de los varones jóvenes de las clases dominantes con ínfulas donjuanescas. Fueron también vilipendiadas por “caballeros” y “damas” de la elite, para cuyos prejuicios clasistas, las mujeres que laboraban en la calle eran libertinas, cuando no prostitutas. Incluso en la prensa de todos los colores políticos fueron criticadas constantemente, al indicar que sus modales y vocabulario no eran los adecuados para una mujer.

El pliego que aquí observamos, fue publicado por José Hipólito Casas Cordero. Nació en Malloco en 1851, trabajó como chacarero hasta los 22 años. Fue un poeta popular contemporáneo de Rosa Araneda, Juan Bautista Peralta y Daniel Meneses. Colaboró con las investigaciones de Rodolfo Lenz sobre la Lira popular. Se desconoce el año de su fallecimiento. 

Consideramos que esta pieza es representativa de su colección, pues muestra cómo la prensa -en sus distintas formas- reproduce y reafirma nociones en torno a la mujer, ya sean estereotipos, deber ser, machismo y violencia, muchas de las cuales siguen operando hasta la actualidad.


Bibliografía

Tomás Cornejo. Ciudad de voces impresas, Historia Cultural de Santiago de Chile, 1880-1910. El Colegio de México, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. 2019. https://www.centrobarrosarana.gob.cl/622/articles-95028_archivo_01.pdf

Fidel Sepúlveda Llanos,De la raíz a los frutos, DIBAM, Santiago,1995.

Juan Uribe Echevarria, Canto a lo divino y a lo humano en Aculeo, Editorial Universitaria, Santiago, 1962.

Manuel Dannemann, El Mester de juglaría en la cultura poética popular chilena, Editorial Universitaria, Santiago,2011.

Manuel  Dannemann, Poetas populares en la sociedad chilena del siglo XIX : estudio filológico, Archivo Central Andrés Bello, Universidad de Chile, Santiago, 2004.

Maximiliano Salinas, Canto a lo divino y religión popular en Chile hacia 1900, Ed.LOM, Santiago, 2005.

Micaela Navarrete A., Daniel Palma A. Los diablos son los mortales : La obra del poeta popular Daniel Meneses, Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Archivo de Literatura Oral y Tradiciones populares, Santiago, 2008.

Rodolfo Lenz, Sobre la poesía popular impresa de Santiago de Chile, Anales de la Universidad de Chile, Año 78, Tomo CXLIII,Santiago, 1919. 

Tomás Cornejo, “Juan Bautista Peralta: Cantor, poeta, periodista popular” en Navarrete, Micaela y Cornejo, Tomás. Por historia y travesura: la lira popular del poeta Juan Bautista Peralta. Compilación y estudio. Eds. de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares; Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago, 2008. 


Accede al documento en Biblioteca Digital


Créditos: Nathaly Calderón, Alejandra Araya, Michelle Benavides, Natalie Guerra, Tania Aviles, Ana María Ledezma.