Caperucita Roja y los desafíos de inclusión en Sala Museo Gabriela Mistral

En el Día Internacional de los Museos enfrentamos la deuda de la inclusión
  El día 18 de mayo es la conmemoración internacional de los museos que este año se celebra en contexto de pandemia mundial, esto nos compromete a pensar sus vínculos y roles en el medio digital. Este 2020 nos plegamos a la convocatoria del Consejo Internacional de Museos (ICOM) sobre pensar los ¨Museos para la igualdad: diversidad e inclusión¨ y rescatar “el potencial de los museos para crear experiencias significativas para personas de todos los orígenes¨ (Revise la convocatoria aquí). 

Los museos son espacios de conexión, de reflexión sobre la sociedad, la cultura y lo humano. Estas cualidades no se pierden con el llamado a quedarse en casa, muy por el contrario, los espacios culturales son hoy protagonistas de las nuevas formas que se han ido construyendo para estar cerca los unos con los otros y seguir en contacto a pesar del distanciamiento físico.

El derecho a la inclusión y la accesibilidad universal, como Sala Museo Gabriela Mistral un espacio para la opinión pública como proyecto de extensión universitaria, nos lleva a ahondar y reflexionar sobre la forma en que podemos garantizar el derecho que tienen todas las personas a visitar los museos públicos. Las instituciones somos las llamadas a hacernos responsable del desafío de la accesibilidad y adecuarnos a la diversidad de personas y sus múltiples condiciones físicas, sociales, culturales o económicas – entre otros factores- en la entrega de los contenidos que queremos poner en discusión. Nuestro país ha ratificado una serie de acuerdos internacionales en estos ámbitos, tales como el de la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad del año 2008 que, en sus artículos 9, 21 y 30 refieren al derecho de accesibilidad, al acceso a la información y a la participación en la vida cultural, recreativa, de esparcimiento y deporte, mencionando especialmente a los museos y muestras culturales como parte importante de estos. Ese mismo año se aprobó la Ley 20.422 que asegura la igualdad de oportunidades para todas las personas con discapacidad en nuestro país con el fin de obtener su plena inclusión social.

Ratificar acuerdos es un paso, cumplirlos es otro y como sociedad y como institución tenemos deudas con la inclusión. Por eso nos propusimos, como equipo de trabajo del Archivo Central Andrés Bello, realizar una primera acción de Sala Museo Gabriela Mistral para trabajar de manera inclusiva el patrimonio albergado en la exposición ¨Mujeres Públicas¨. Un gesto que esperamos se puede proyectar a largo plazo en la implementación de audioguías y signoguías, tanto en la actual exposición como en las que se organicen a futuro y que nos ayude como Universidad de Chile a tomar consciencia de la importancia de la inclusión en los espacios culturales, especialmente en nuestros museos.

En este sentido y considerando lo complejo que puede ser el tema, quisimos que el saludo que realizamos tradicionalmente a los museos en su día se convirtiera en una cápsula audiovisual que permitiera dar a conocer parte de la exposición con un enfoque inclusivo. Para ello nos pusimos el desafío de construir un material que diera acceso a un objeto específico de la exposición ¨Mujeres Públicas¨ a personas con discapacidad visual y auditiva. Construimos una audiodescripción que atendiera tanto a la materialidad y las sensaciones del objeto seleccionado, que incorpore la lectura de su contenido y que tuviera interpretación en Lengua de Señas Chilena y que a su vez permitiera transmitir la interpretación patrimonial que le hemos dado en relación con las temáticas principales de la exposición.

Caperucita Roja en versión de Mistral: patrimonio de la historia de las mujeres y violencia de género


La muestra ¨Mujeres Públicas¨ se articula desde una reflexión sobre la relación histórica entre la experiencia de ser construidas como mujeres y el concepto de lo público, identificando ese vínculo histórico como una situación compleja, tensa, conflictiva y que actualmente sigue sin ser resuelta en tanto aún se piensa que lo privado y lo doméstico es el lugar ¨natural¨ de las mujeres. Un espacio que por cierto continúa desprovisto de autoridad y poder. A partir de estas reflexiones propusimos que para las mujeres cruzar el umbral hacia lo público las ha expuesto históricamente a todo tipo de riesgos y violencias, y que dicha experiencia es transversal a una multiplicidad de mujeres. De acuerdo con la muestra, la violencia en el espacio público es una condición compartida por el género femenino, las diversidades y disidencias sexuales, pero que a pesar de su transversalidad no invisibiliza las diferencias, injusticias y desigualdades que construyen y constriñen a las mujeres en las intersecciones de otros elementos como la clase, la raza o el género.

Escogimos la versión de Gabriela Mistral del clásico cuento infantil ¨Caperucita Roja¨, en la edición argentina del libro Ternura de 1945 publicado por la editorial Espasa Calpe en el año en que la poeta obtuvo el Premio Nóbel de Literatura. Esta pieza bibliográfica pertenece a la Colección Ricardo Latcham de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile y solicitada en préstamos para la exposición “Mujeres Públicas”. La versión de Mistral es un aporte al patrimonio cultural de la historia de las mujeres, pues nos permite reflexionar sobre los patrones de la violencia de género sin disfraces: el Lobo es un Traidor que ha clavado sus garras en el cuerpo de una niña.

Esta propuesta no hubiera sido posible sin el apoyo de Ignacia Sauvalle, intérprete de Lengua de Señas Chilena, de Paula Ortúzar, mujer sorda que revisó el trabajo de interpretación de Lengua de Señas y con la voz de Soledad Falabella, académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile quien realizó la interpretación de audio de la cápsula. A todas ellas nuestros más sinceros agradecimientos pues el resultado de esta iniciativa se consiguió gracias a sus desinteresados y esenciales aportes.

Ignacia Sauvalle, intérprete de Lengua de Señas Chilena: el respecto a la cultura sorda y el desafío de traducir Caperucita Roja

Ignacia Sauvalle es educadora diferencial de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y ha trabajado varios años en conjunto con la comunidad sorda, relevando la importancia y el respeto hacia la cultura sorda y su lengua, así como de las necesidades de una minoría cultural y lingüística que, a su juicio, ha estado bastante olvidada por nuestra sociedad. Desde sus conocimientos y experiencia considera que la ¨inclusión¨ debe ser comprendida desde el punto de vista de la convivencia, donde todos tenemos que ajustarnos y poder coexistir respetando, mirando y valorando al otro en lo que es, dado que todos participamos de la sociedad y la construimos en conjunto. En ocasiones el concepto es comprendido como la incorporación que un grupo mayoritario y más exclusivo hace a un grupo minoritario y, en su visión, esta perspectiva implica una distancia que le parece menos constructiva.

En cuanto a la inclusión desde el punto de vista de las instituciones culturales, considera que la accesibilidad y la inclusión son esenciales en el trabajo que se realiza en ellas, pues no se trata de un favor que se entrega a las personas con discapacidad, sino que un derecho que todas y todos tenemos a participar de ellos más allá de nuestras diferencias. Para ello enfatiza que son las instituciones las que tienen que adecuarse a esa multiplicidad, para que muchas más personas puedan acceder a la información y sobre todo a participar. Las instituciones tienen grandes desafíos en cuanto a accesibilidad física y/o cognitiva, pero el principal obstáculo que ella identifica es el escaso conocimiento que tenemos del tema. Ese desconocimiento impide que podamos hacer cambios en los espacios donde nos desempeñamos, pues no basta con dar accesibilidad en la infraestructura si las personas que ahí se desempeñan no ven donde pueden hacer la diferencia en cuanto a entregar una atención en igualdad de condiciones y participación. En este sentido, la barrera más grande que ella identifica se relaciona con un aspecto actitudinal, vinculada al desconocimiento y los prejuicios para ver al otro, lo que complejiza la posibilidad de participación y de acceso.

En cuanto a su rol en la cápsula inclusiva de Sala Museo Gabriela Mistral nos comentó que la principal dificultad que se encontró fue que, la versión del cuento de Caperucita Roja de Gabriela Mistral, es una pieza hermosa y compleja que aparentemente es simple pero que encierra muchos matices y que releva un tema muy central y, por lo mismo, se encontraba constantemente con la sensación de que una persona sorda, cuya lengua natural fuera el Lenguaje de Señas podría interpretarlo mejor y con muchos más capas de significación que la interpretación que podía entregar ella, quien adquirió el conocimiento de la Lengua de Señas Chilena siendo adulta. Por lo mismo, recalca la importancia de que en este tipo de iniciativas participen personas sordas que protagonicen la interpretación. De todas maneras, considera que la iniciativa propuesta por el equipo del Archivo Central Andrés Bello constituye un esfuerzo fundamental, pues marca precedente y significa aprendizajes para los equipos de trabajo, lo que permite que poco a poco este tipo de temáticas y experiencias sean incorporadas y así se pueda acercar la cultura a grupos que no han sido considerados.

En términos personales el texto de Gabriela Mistral le impresionó gratamente, pues se trata de una historia que ha leído muchas veces pero que a partir de las palabras que escogió Mistral abre otro marco de interpretación, destacable considerando la época en que fue escrito. Esta experiencia le permitió ver cómo desde hace tanto tiempo se comenzó a dar cuenta de la violencia de género y que a pesar de lo desafiante que fue realizar la interpretación en Lengua de Señas fue un trabajo que le gustó mucho pues le permitió indagar en la profundidad de la versión mistraliana. La inclusión y la violencia de género son temas fundamentales y que deben ser tratados en conjunto, pues la violencia de género es transversal y está presente en todo orden sin importar la condición de la persona. Por lo mismo, es un aspecto que debe ser abordado a todo nivel y que en relación con las capacidades diferentes lo importante es hacer una formación social y cultural que permita avanzar hacia cambios profundos en nuestra sociedad.

En la Universidad de Chile se aprobó el 14 de Julio de 2014 una Política de Equidad e Inclusión Estudiantil en donde se asume este desafío como parte fundamental del rol público de nuestra institución y como parte de su aspiración a la excelencia (Revise la nota de la Universidad, aquí). Como equipo del Archivo Central Andrés Bello nos sumamos a este desafío y compartimos con ustedes el resultado de un trabajo colaborativo que, esperamos, sea el inicio de un camino de aprendizaje que nos permita integrar más y mejor esta perspectiva, para poder dar acceso al valioso patrimonio que custodiamos a todas y todos.

Revise la nota que preparó la Universidad de Chile aquí.

Vea el video aquí:

Caperucita Roja (video inclusivo)